He encontrado esta pregunta interesante porque hay muchas opiniones al respecto y debo confesar que yo ignoraba la respuesta.
Revisando la red un poco, conseguí dos respuestas bastante convincentes -ambas son de respuestas yahoo-:
1. Respuesta del usuario Singrone:
El mismo Juan Pablo II se consideraba "feminista" en el sentido de que apoyaba todos los derechos humanos de la mujer.
La Iglesia instituye por medio del bautismo la misión a TODOS (hombres y mujeres) a predicar el evangelio. Apoyados en los sacramentos, uno de esos siete sacramentos es el Orden Sacerdotal.Cada uno de los sacramentos tiene su fundamento en el Evangelio. El Orden Sacerdotal fue instituido en la Úlima Cena cuando Jesús celebró la primera misa con los once apostoles (Judas Iscariote no estaba) Puedes ver esto en el Evangelio de San Lucas Capitulo 22 versículo 14.A parti de ese momento Jesús los instituyó como los primeros 11 Obispos. Ellos a su vez tuvieron la facultad de imponer las manos en otro y hacerlos Presbiteros (sacerdotes)Al instuirlo Cristo con sus apostoles la tradición fue hacerlo de la misma manera. En ese entonces no existía la vida consagrada femenina (Las Monjas), las comunidades de mujeres dedicadas a tiempo completo fue surgiendo años mas tarde.Hay que tener en cuenta que la Iglesia se rige también por la Tradición, que son todas las costumbres que se han pasado por generaciones y que enriquecen la Iglesia.
2. Respuesta del usuario Snoopy:
Toda mujer que quiera participar de y recibir la santa cena puede hacerlo en cualquier iglesia cristiana. De la misma manera pueden tomar parte en toda ceremonia realizada por la comunidad cristiana.
A lo que vas, es que en la Iglesia Católica las mujeres no pueden administrar la santa cena, ni dirigir ceremonias llevadas a cabo en la iglesia misma. Esto se debe a que la Iglesia Católica posee una fuerte tradición, producto de su larga historia. Esta tradición indica que los cargos como: sacerdocio y obispado (entre otros), deben ser tomados por hombres. Ahora, si bien esta tradición puede ser tildada de "machista", la Iglesia Católica no posiciona a la mujer en un valor o capacidad menor que el hombre. Es solo que la tradición, para esta antigua institución, es la tradición.Ahora, si deseas observar a otras iglesias cristianas (incluso iglesias no nuevas, como la Luterana o la Anglicana) podrás ver que la mujer si puede desempeñar el oficio de pastora y de obispa en dichas iglesias. Esto se debe a que estas iglesias no se encuentran tan apegadas a la tradición de la Iglesia Católica.
De manera que la respuesta en síntesis es que las monjas no ofician la misa por tradición de la iglesia.
Si por casualidad sabes más al respecto me encantaría que dieras una opinión.
Fuentes:
yo creo que la iglesia (como institucion) si considera menos al genero femenino y utiliza como explicacion de esa discriminacion la tradicion porque es un hecho que no se les permite en terminos de cargos eclesiasticos tener un mismo status y desde el momento en que se dice tu puedes y tu no...ya existe una desigualdad, ya no "somos todos iguales" despues buscaran seguramente una excusa retrograda seguramente en este caso la "tradicion" pero bueno ya sabemos como son las cosas la iglesia tiene sus tiempos ( a veces ridiculos) y no se habitua facilmente a los cambios, lo triste es que en estos tiempos donde las mujeres gobiernan Paises, economias, defensas y llegan a todos los cargos en todos los puestos, en la iglesia son servidumbre de curas.
ResponderEliminartotalmente de acuerdo. Hacen de todo menos estar a la altura de los curas. que ya demostraron que estan haciendo agua por todos lados.
ResponderEliminarDesde los albores de su larga historia, la humanidad ha sentido siempre la necesidad de hombres que, mediante una misión de muy diversos modos a ellos confiada, fueran como mediadores ante la divinidad y se relacionasen con Dios en nombre de todos los demás.
ResponderEliminarHombres encargados de ofrecer a Dios oraciones, sacrificios, expiaciones en nombre de todo el pueblo, el cual ha sentido siempre la obligación de rendir culto público a Dios, reconocer en El al Supremo Señor y primer principio, tender a El como fin último, darle gracias y hacérselo propicio y esto aunque, en muchas épocas y lugares se hubiera oscurecido en gran medida el verdadero Dios con divinidades falsas.
Con los primeros fulgores de la Revelación divina aparece la misteriosa y venerable figura de Melquisedec (Cf. Gn 14,18), sacerdote y rey, a quien el autor de la Carta a los Hebreos ve como figura de Jesucristo (Cf. Hb 5,10; 6,20; 7, 1-11, 15).
Durante la travesía del Exodo por el desierto del Sinaí, Dios constituyó al pueblo de Israel como "un reino de sacerdotes y una nación consagrada" (Ex 19,6). Pero dentro de ese pueblo, todo él sacerdotal, escogió una de las doce tribus, la de Levi, para el servicio litúrgico. Estos sacerdotes eran consagrados mediante un rito propio (cf Ex 29,1-30) y sus funciones, deberes y ritos vienen establecidos minuciosamente, sobre todo en el libro del Levítico.
Los pertenecientes a esta tribu, sacerdotal por excelencia, no recibieron ninguna parte de heredad, cuando el pueblo llegó a establecerse en la tierra prometida. Dios mismo fue la parte de su herencia (cf Jos 13,33).
Instituido para anunciar la Palabra de Dios (cf Ml 2,7-9) y para establecer la comunión y la paz con Dios mediante los sacrificios y la oración, este sacerdocio fué siempre fuente de esperanza, de gloria, de fuerza y de liberación dentro del pueblo de Israel, manteniendo la fe en el futuro Mesías.
El admirable templo de Salomón fue símbolo e imagen de aquel sacerdocio tan lleno de majestad y misterio. Cuenta el historiador Flavio Josefo que el victorioso conquistador Alejandro Magno se inclinó reverentemente ante el Sumo Sacerdote (Cf. Antigüedades Judías, 11,8,5) y en el libro del profeta Daniel se narra el castigo infligido al rey Baltasar por haber profanado los vasos sagrados del templo en sus banquetes (cf. Dn 5, 1-30).
Sin embargo, este sacerdocio y estos sacrificios eran incapaces de realizar la salvación definitiva, que sólo podría ser lograda por el sacrificio de Cristo Jesús (cf. Hb 5,3;7,27;10,1-4).
No obstante, la liturgia de la Iglesia ve en este sacerdocio de la Antigua Alianza una prefiguración del ministerio ordenado de la Nueva Alianza. En la ordenación consagratoria de los presbíteros, por ejemplo, la Iglesia de rito latino ora:
"Señor, Padre Santo....en la Antigua Alianza se fueron perfeccionando a través de los signos santos los grados del sacerdocio....cuando a los sumos sacerdotes, elegidos para regir el pueblo les diste compañeros de menor orden y dignidad para que les ayudaran como cooperadores...".
Será un sacerdote de la Antigua Alianza, Zacarías, padre de Juan Bautista, quien anuncie solemnemente la llegada inminente "del Sol que surge de lo alto para iluminar a los que están sentados en tinieblas y sombras de muerte, para enderezar nuestros pasos por el camino de la paz" (Lc 1,78-79).
Todas las prefiguraciones del sacerdocio de la Antigua Alianza encuentran su cumplimiento en Cristo Jesús, "Mediador único entre Dios y los hombres" (1Tm 2,5). Sólo del hecho de prefigurar el sacerdocio de la Nueva y Eterna Alianza, el sacerdocio de la Antigua recibe su majestad y su gloria.
San Pablo resumirá con frase lapidaria la dignidad y las funciones del sacerdocio ministerial cristiano: "Que los hombres nos consideren como ministros de Cristo y dispensadores de los misterios de Dios" (1Co 4,1)
http://www.vatican.va/roman_curia/congregations/cclergy/documents/rc_con_cclergy_doc_24111998_saca_sp.html
Tribu de Leví
ResponderEliminarJóshen o Pectoral del Sumo Sacerdote de los israelitas, con una docena de piedras preciosas simbolizando las Doce Tribus de Israel;1 la composición rectangular con la docena de piedras es además en sí el símbolo de la Tribu de Leví.2
Marc Chagall, Vitrales dedicados a las Doce Tribus de Israel: Leví, Jerusalén, 1960.
La Tribu de Leví, cuyos integrantes son los llamados levitas, es una de las Doce Tribus de Israel.3 Se trata de los descendientes de Leví (לֵוִי), el tercer hijo de Jacob.4
Los levitas fueron consagrados por Dios, por medio de Moisés, para el servicio del Tabernáculo y luego del Templo de Jerusalén.5 Eran los únicos designados para el servicio del Tabérnaculo donde ejercían ministerio desde los veinticinco hasta los cincuenta años. En otra edad no podían hacerlo, excepto para ser guardia junto a sus hermanos.
Fueron tomados para el servicio de Dios en lugar de los primogénitos, y fueron dados a los sacerdotes para ayuda.
"He aquí, yo he tomado a los levitas de entre los hijos de Israel en lugar de todos los primogénitos, los primeros nacidos entre los hijos de Israel; serán, pues, míos los levitas." (Números 3:12).
"Porque enteramente me son dedicados a mí los levitas de entre los hijos de Israel, en lugar de todo primer nacido, los he tomado para mí en lugar de los primogénitos de todos los hijos de Israel." (Números 8:16).
Moisés y su hermano, Aarón, fueron levitas. Según la Biblia, también Miriam, Samuel, Ezequiel, Esdras y Malaquías fueron descendientes de la línea de Leví.
Aarón fue consagrado como el primer Sumo Sacerdote de Israel (Cohen Gadol) y sus descendientes, también levitas todos ellos, constituyeron una auténtica clase sacerdotal conocida como "Cohanim". La clase sacerdotal de los cohanim compone una familia dinástica dentro de la Tribu de Leví y, debido a ello, a todos los cohanim tradicionalmente se los considera ser levitas, pero no todos los levitas son cohanim.
Luego que el sacerdocio se convirtió en prerrogativa de los descendientes de Aarón (cohanim), los demás levitas asumieron una función secundaria en las ceremonias. Mas la posición de los levitas en el campamento de las Doce Tribus de Israel fue siempre estratégica, ya que el Señor les ordenó que vivir alrededor del Tabernáculo y solicitó que solo los miembros de esa tribu se dedicase a su servicio en exclusividad Dada su condición sacerdotal y responsabilidades en lo concerniente a decisiones de naturaleza política, los miembros de la Tribu de Leví constituían un grupo diferenciado del pueblo de Israel pero a su vez respetado por el mismo.
Una vez que Josué condujera a los israelitas a la Tierra Prometida,6 los levitas fueron la única tribu que recibió ciudades pero a la que no se le permitió ser dueña de tierras "dado que el Señor, Dios de Israel, es su herencia".7
Los levitas no poseían tierra ni heredad dado que su única función era la de encargarse de todo lo relacionado con el Templo de Jerusalén: adoración, alabanza, sacrificios, ofrendas, y otros. Aunque no poseían tierras, los levitas vivían de las ofrendas que el pueblo de Israel presentaba en el Templo. Una parte de ellas era destinada a los levitas, quienes las tomaban para sus propias necesidades.
Los levitas ejercieron el sacerdocio también en el antiguo reino de Judá. Hasta la desaparición del mismo, en 586 a.E.C., los términos sacerdote y levita eran sinónimos.
Históricamente, los levitas constituyeron la clase sacerdotal del judaísmo y poseían derechos exclusivos para aprender y enseñar la Torá a las demás tribus. Luego de la destrucción del Templo de Jerusalén, los privilegios y responsabilidades de los levitas se resumieron en la lectura de la Torá en las sinagogas y a diversas actividades litúrgicas y rituales.
https://es.wikipedia.org/wiki/Tribu_de_Lev%C3%AD