Cuando el día es soleado y sin nubes, el cielo se torna azul claro y el sol amarillo brillante. Esto se debe a que la luz es una forma de energía que se transmite en ondas a través del aire. La luz de nuestra estrella pierde totalidad conforme atraviesa la atmósfera, por tanto, los ojos sólo perciben las tonalidades rojo, naranja y amarillo. Fuente: Revista Muy Interesante. Año XXVI No. 54.
Descubrir es diversión, es aprender. ¡Entonces entra y diviértete!