Aunque los modelos más antiguos se encuentran relativamente a salvo, los smartphones o teléfonos inteligentes, que cuentan con capacidad para intercambiar programas y datos con otros terminales y ordenadores, pueden verse infectados por virus. El primero conocido, denominado Cabir.A, apareció en 2004. Se trataba de un gusano inocuo desarrollado en laboratorio para demostrar cómo podía extenderse a través de la conexión inalámbrica Bluetooth que incorporan algunos aparatos. Además de esta vía, otros ciberpatógenos aprovechan las descargas que se hacen de internet o se cuelan a través de los mensajes multimedia MMS. En todos los casos, el usuario debe ejecutar un programa que los desarrolladores de virus suelen camuflar como una aplicación interesante. Una vez instalado, el virus puede enviar mensajes SMS y MMS masivos, hacer llamadas a números de pago, copiar datos confidenciales y sabotear funciones del móvil, entre otras trastadas. Revista Muy Interesante. Autor imagen: Espen