En contra de la opinión general, las radiaciones que emiten las pantallas de los ordenadores no son especialmente nocivas para la vista, según los oftalmológos. Sin embargo, muchas personas que usan a diario esta herramienta de trabajo se quejan, sobre todo durante las primeras semanas, de rendir poco y padecer dolores de cabeza. Estas molestias podrían achacarse al sobre esfuerzo visual que supone enfocar miles de veces al día sobre tres objetos situados a diferentes distancias: la pantalla, el teclado y las hojas de muestra. Para paliar las molestias causadas por el trabajo asiduo ante un ordenador, existen varias soluciones. La más elemental consiste en iluminar correctamente el lugar de trabajo. Así conviene que no haya ventanas o fuentes directas de luz ni delante ni detrás de la pantalla, para evitar reflejos innecesarios sobre la misma que fuercen la visión. Otro remedio eficaz es usar gafas especiales que tamizan la luminosidad y aumentan el nivel de contraste.
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