Las amígdalas son masas de tejido linfoide que forman un anillo que rodea las paredes de la faringe o garganta llamado Waldeyer. Estas masas están constituidas por células similares a los linfocitos del torrente sanguíneo. Los linfocitos entran enseguida en contacto con los gérmenes que hayan podido penetrar por la nariz o la boca, por lo que fungen de protectores y de alarma a nuestro cuerpo, ya que pueden desencadenar una pronta respuesta defensiva por parte de nuestro organismo.
No obstante, las amígdalas pueden infectarse de forma aguda o crónica. Cuando éstas se inflama se le denomina amigdalitis. Si las infecciones son muy frecuentes es viable la extirpación.
En resumen, las amígdalas te ayudan a no enfermarte atacando los gérmenes que entran por la nariz o por la boca, pero si te las extirpan tu respuesta inmunológica no es afectada, osea que tu sistema inmunológico se comporta bien con o sin ellas.
Eso sí, en los primeros años de vida -hasta los 3- si son más importantes las amígdalas.
Fuente:
Microsoft Encarta 2009
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