Un íncubo es un demonio masculino, de la creencia popular de la Edad Media, que posa encima de la victima durmiente, para tener relaciones sexuales con ella. Un íncubo puede buscar tener relaciones sexuales con una mujer para engendrar un niño. Si la mujer quedaba embarazada podía dar a luz niños deformes de fácil control por parte del mal o con habilidades especiales. De hecho; la leyenda del mago Merlín dice que él mismo era hijo de un íncubo y una prostituta. Se dice que el íncubo succiona la energía corporal de la persona en el momento de la copulación, para así alimentarse.
El súcubo, de acuerdo con las leyendas medievales occidentales, es un demonio en su forma femenina que seduce a los varones, sobre todo a los más sensibles: adolescentes y monjes, introduciéndose en sus sueños y fantasías para tener relaciones sexuales con ellos. Son en general, mujeres de gran sensualidad, persuasión y carácter, desnudas, con una belleza no terrenal, a veces con alas y otros rasgos demoníacos. Este mito parece haber surgido como explicación de las poluciones nocturnas y la parálisis del sueño. La versión más difundida sobre el porqué los súcubos atacan a sus víctimas, indica que lo hacen absorber la sangre o energía vital del hombre y de esta manera alimentarse.
Un ejemplo de un súcubo es Lilit o la sayona en Venezuela.
Fuentes:
wikipedia.org
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