Los métodos actuales de detección se consisten en la utilización de dos instrumentos muy comunes, las boyas submarinas y los sismógrafos. Con estos instrumentos se puede alertar a las poblaciones costeras sobre la llegada de un tsunami, en tan sólo minutos de anticipación.
Cuando los sismógrafos registran un terremoto superior a 6.5 en la escala de Richter, se declara riesgo de tsunami y se lanza una alerta, aunque exista la posibilidad de que la ola nunca llegue a la costa.
El nuevo sistema de predicción de tsunamis se haría por medio de los satélites de observación de la Tierra, que se utilizarían para medir la altura de la superficie del océano. El sistema PARIS (es el nombre asignado) está en fase de estudio pero podría estar listo para 2017 o 2018. Un sistema de 10 satélites PARIS permitirá detectar un tsunami en cualquier sitio del mundo, con una antelación de al menos 30 minutos.
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