Los delfines, a diferencia de los seres humanos, no tienen la respiración como un acto reflejo o inconsciente, Ellos tienen que pensar la acción; es como si para nosotros, respirar tuviera la misma dificultad o complejidad que la que tiene mover un miembro. Es obvio esa acción no la puedes hacer cuando duermes (salvo algunas excepciones) o cuando te has desmayado. Entonces, si nuestro respirar fuera como el de los delfines, moriríamos en nuestra primera siesta.
Lo cierto es que respirar para los delfines resulta algo complejo, y para poder descansar, necesitan desactivar uno de los hemisferios del cerebro, mientras el otro, que permanece activo, controla funciones vitales como la respiración. Así, mientras duerme, flota de costado con un ojo abierto y una de sus aletas sobre la superficie del agua. Para luego, dentro de unos 20 minutos cambiar de posición y hacer el cambio de hemisferio.
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